Privación del voto sale caro y la protesta del mexicano

Por Brenda Trujillo

Los comicios del 1 de julio podrían estar marcados por el mismo nivel de abstencionismo de jornadas pasadas, provocando que el gasto por sufragio salga más caro al Instituto Nacional Electoral (INE), el cual designará un presupuesto de más de 7 mil 100 millones de pesos, para la realización del proceso electoral federal.

De acuerdo con datos de El Universal, si el registro es similar al de años anteriores, este 2018 saldrán a votar alrededor de 50 millones de mexicanos, con lo que el gasto por sufragio se elevará de 83 a 135 pesos, respecto a la elección de 2012.

Efectivamente, en los últimos dos sexenios no ha votado un 40% de la población. Próximamente, las campañas electorales estarán en la cúspide y habrá miles de seguidores, aumento de difusión y críticas. Posiblemente, existan descontentos y querellas entre las diversas ideologías, dependiendo del partido político.

A pesar de ello, ante los resultados notables y decepcionantes, que comparten los habitantes, muchos de ellos adoptan indiferencia en el tema político y ya no desean ejercer su voto, pues consideran que la ganancia del puesto presidencial ya está predestinada.

Es difícil fomentar correctamente la democracia en México, ya que en ocasiones, la participación es minoritaria en algunas actividades. Se invita a las personas para acudir a las urnas, cualquiera que sea su decisión, pero que se vea reflejada su colaboración.

Se podría hacer una comparativa con el libro “Ensayo de la lucidez” de José Saramago, en el que los ciudadanos dejan la boleta en blanco como signo de protesta en el período electoral. Los pobladores mexicanos son tentados a gestionar una especie de anarquismo, si en los siguientes años continúa la inconformidad del sistema. De igual forma, se aguarda lo mejor para el 1 de julio y el sexenio venidero.

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